Hoy solo toca reflexionar

Hoy solo toca reflexionar.

No es más que uno de esos días en los que te preguntas demasiadas cosas, y te cuesta encontrar alguna respuesta clara y concisa, todo son explicaciones, excusas, o una larga descripción de cómo te sientes. En estos días me gusta coger algun libro de Mario, y leer hasta que encuentro algo que me identifique, palabras, versos, parrafos tras los cuales esconder mis intenciones.

Hoy, podría no ser un día de esos. Pero no me veo valiente. ¿Soy feliz? Sí. Aunque no tengo demasiado claro cual es mi sitio.

Se aceptan sugerencias. Razón a la izquierda del roble.

Me dejas sin palabras

Sé que no soy constante, y soy consciente de lo mucho que me cuesta escribir. Cada día que pasa me es más duro ponerme ante el archivo de word en blanco con esa barrita vertical parpadeando amenazando con no moverse. Más me aterra todavía el folio en blanco, o la hojas a cuadros. ¡Y no será por inspiración! Simplemente las palabras están demasiado agitadas, demasiadas sensaciones intentando atraparlas entre sus redes, acapararlas y reordenarlas a placer. Me dejas sin palabras. Solo me sobran unas pocas, algunas afortunadas que no fueron robadas por el tacto, el sabor, o el más caprichoso olfato. Porque no son descriptivas, no son tentadores. Son certeras. Querer, y algunas pocas más.

Dejame al menos poder revivir las sensaciones para volver a ver corretear las palabras entre mis dedos, intentando huir hacia el más estable y blanco papel. Que sea suave o no podrán sujetarse. Que sea dulce para que viajen confiadas. Pero que sea incandescente que nunca podrán diluirse palabras de plomo que han sido grabadas a fuego.



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Cuando tiempo sin pisar esto, cuantísimo tiempo. Pero bueno, alguna vez habría que volver a visitarlo. Anda que no han cambiado las cosas desde entonces, mismas personas, nuevas historias. Mudanza fisica y emocional. Feliz, soy muy feliz.